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La propuesta.
El exceso de reanimación, incluida la sobrecarga de fluidos, se ha asociado a una mayor morbilidad (duración prolongada de la disfunción orgánica) y mortalidad en el shock séptico.
Las estrategias de reanimación estándar pueden aumentar la mortalidad por shock séptico. Sin embargo, faltan estudios clínicos que estudien la reanimación individualizada. El fenotipeo hemodinámico puede permitir individualizar la reanimación del shock séptico.
El ensayo ANDROMEDA-SHOCK demostró que la reanimación dirigida por tiempo de rellene capilar (TRC) en el shock séptico reducía la disfunción orgánica y la mortalidad a los 28 días.
El presente estudio pondrá a prueba la hipótesis de que la reanimación basada en el fenotipo hemodinámico teniendo en cuenta la presión del pulso, la presión arterial diastólica, la capacidad de respuesta a los fluidos y la función cardíaca puede disminuir aún más la mortalidad en el shock séptico.
El estudio ANDROMEDA-2 es un ensayo controlado aleatorizado multicéntrico y multinacional cuyo objetivo es determinar si una estrategia guiada por perfusión periférica consistente en una reanimación dirigida al tiempo de relleno capilar basada en fenotipos clínicos y hemodinámicos (TRC-P), se asocia con una disminución de un outcome compuesto de mortalidad, tiempo hasta el cese del soporte de órganos y duración de la estancia hospitalaria, en comparación con la atención habitual (SOC) en pacientes con shock séptico precoz (< 4 horas del diagnóstico).
En el grupo intervención, si el TRC es anormal, los pacientes entrarán en un algoritmo que comienza con la evaluación de la presión del pulso (PP). Los pacientes con menos de 40 mmHg se someterán a una prueba de respuesta a fluidos . En los pacientes con PP > 40 mmHg, se titulará la norepinefrina para mantener la presión arterial diastólica > 50 mmHg. Los pacientes que no normalicen la TRC tras los pasos anteriores, serán sometidos a ecocardiografía bedside para evaluación y posterior manejo de la disfunción cardiaca. Por último, se realizarán pruebas vasopresoras e inodilatadoras al final del algoritmo para optimizar aún más la perfusión tisular. Una muestra de 1.500 pacientes proporcionará una potencia del 88% para demostrar la superioridad de la estrategia de TRC-P sobre la SOC.